El General de Ejército, Ministro de las FAR y Segundo secretario del PCC, Raúl Castro Ruz ofreció declaraciones a Granma. La conversación se realizó en su despacho en el MINFAR en torno a los principales acontecimientos de estos días.
Compañero Raúl, nuestro pueblo recibió con gran alegría el mensaje y las fotos del Comandante en Jefe publicados por la prensa y posteriormente el reportaje televisivo del encuentro con el Presidente Chávez. No obstante, aprovechando esta oportunidad, sería muy apreciado por los millones de cubanos que han seguido atentamente las informaciones sobre el estado de salud del compañero Fidel, escuchar una valoración personal de usted, tan unido siempre a él.
Los cubanos, aun cuando no le veamos a cada rato por la televisión o la prensa escrita, sabemos que usted está ahí, en su puesto de combate como siempre. Pero creo que estas palabras suyas también les restan armas a la especulación y la mentira presentes en algunos medios en el extranjero.
Si te refieres a los que en otros países se entretienen en especular sobre si aparezco o no en la televisión o en los periódicos, bueno, ya salí el domingo con Fidel y en el recibimiento al Presidente Chávez, aunque realmente esos comentarios me tienen sin cuidado.
Sí me interesa mucho lo que piensa nuestro pueblo, aunque afortunadamente vivimos en esta isla geográficamente pequeña, donde se sabe qué hacemos todos. Lo compruebo cuando converso con la población y otros compañeros dirigentes locales en mis recorridos por el país.
En realidad, no acostumbro a comparecer con frecuencia en público, salvo los momentos en que se requiera. Muchas tareas relacionadas con la defensa del país no deben ser publicadas y hay que manejarlas con el máximo cuidado, y esa ha sido una de mis responsabilidades fundamentales como Ministro de las FAR. Además, siempre he sido discreto, esa es mi forma de ser, y de paso aclaro que pienso seguir así. Pero no ha sido la razón fundamental de que aparezca poco por los medios de difusión masiva, sencillamente no ha resultado necesario.
Algunos halcones del imperio pensaron que el pasado 31 de julio había llegado el momento de destruir la Revolución.
No podíamos descartar el peligro de que alguien se volviera loco, o más loco todavía, dentro del gobierno norteamericano.
Por consiguiente, a las tres de la madrugada del primero de agosto, dando cumplimiento a los planes aprobados y firmados desde el 13 de enero del 2005 por el compañero Fidel, y después de hacer las consultas establecidas, decidí elevar de manera sustancial nuestra capacidad y disposición combativas, mediante el cumplimiento de las medidas previstas, entre ellas la movilización de varias decenas de miles de reservistas y milicianos, y el planteamiento a nuestras principales unidades de las tropas regulares, incluidas las Tropas Especiales, de las misiones que exigía la situación político militar creada.
Todo el personal movilizado cumplió o cumple en estos momentos un importante ciclo de preparación y cohesión combativas, parte de él en condiciones de campaña.
Estas tropas se irán rotando, en cifras aproximadamente iguales, según se alcancen los objetivos propuestos. Todos los reservistas y milicianos que participarán en estas actividades conocerán, con la anticipación necesaria, la fecha de incorporación a las unidades y el tiempo de permanencia en estas para cumplir su guardia por la Patria.
Hasta este momento, la movilización que iniciamos el primero de agosto se ha desarrollado satisfactoriamente, gracias a la magnífica respuesta de nuestros reservistas y milicianos, así como a la encomiable labor desplegada por los mandos militares y especialmente por los Consejos de Defensa, bajo la dirección del Partido, a todos los niveles.
No es mi propósito exagerar peligros. Nunca lo he hecho. Hasta ahora los ataques de estos días no han pasado de la retórica, salvo el incremento sustancial de las transmisiones subversivas de radio y televisión contra Cuba.
Frase: Los tiempos pasan si; la vida no.
Tomado de Granma
http://www.granma.cu
2 comentarios:
No llores cuando se muera.
Esta claro que no habrá que llorar, motivos para la tristeza sobrarán, pero siempre quedará el consuelo de poder mirar a nuestro alrededor y ver la hermosa obra que construyó en la infinita fecundidad de su vida.
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