martes, julio 25, 2006
El 26 de julio de 1953 es en la Historia de Cuba una de las fechas más significativas, considerado el día de la Rebeldía Nacional por todos los cubanos. Cada año se reconoce a un territorio en el país como merecedor de tan relevante conmemoración, para ello trabajan provincias enteras en el más impresionante acto de emulación socialista. Este año la ganadora resultó ser la histórica y hospitalaria provincia de Granma en el oriente cubano. Ahora bien. ¿Sabe usted por qué los cubanos celebramos esta fecha con tanto júbilo y entusiasmo? Pues ubíquese conmigo en la Cuba del año 1953. Fulgencio Batista, al verse perdido en las elecciones presidenciales y con el apoyo de los EE.UU. había dado un golpe de estado, instaurando una feroz dictadura. Este régimen había pisoteado la Constitución de la República aprobada en 1940, que aunque no solucionaba los problemas de una sociedad capitalista viciada hasta la médula, al menos garantizaba a los ciudadanos algunos derechos fundamentales. Batista desgobernaba a su gusto, torturaba, mataba y robaba a los cubanos, mientras los “líderes políticos clásicos” de Cuba se dividían en dos bandos: Unos se plegaron al tirano y le permitieron simular cuanta farsa electoral montó para validar su régimen. Los otros huyeron al exilio y desde allí cacareaban su oposición sin presentar la cara. En ese contexto Fidel Castro decide, junto con un grupo de jóvenes, tomar por asalto la principal fortaleza militar del Oriente del país, para de esa forma y con el apoyo que sabían que iban a recibir del pueblo cubano, derrocar al régimen de Batista. Así el día 26 de julio de 1953 fuerzas de la organización llamada entonces Movimiento, se lanzan con escasas armas y abundante coraje sobre los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo. El fracaso militar que resultó de aquella fecha no empequeñece en nada su significado, fue como algunos han dicho el pequeño motor que encendió el más grande. Después de ese día el pueblo cubano supo que tenía un líder en quien podía confiar y que no temía ante el peligro si de defender a Cuba se trata. Solo unos años después en diciembre de 1958, huía Batista al amparo de sus tutores estadounidenses y triunfaba en Cuba Una Revolución con todos y para el bien de todos como soñaba Martí……. pero esa es ya otra historia otro día se las narro.
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